En Cartagena se ha vuelto costumbre disfrazar la extorsión con discursos de liderazgo. Lo que antes era dominio de ciertos hombres que se autoproclamaban caudillos barriales, hoy lo encarnan mujeres con prontuario y ambiciones personales: Lía Muñoz y Jackeline Perea. Ambas, con estilos distintos, se han entrelazado en la misma práctica delictiva: utilizar la amenaza, la presión política y el chantaje mediático como instrumentos para obtener beneficios económicos y cuotas de poder.
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El exalcalde William Jorge Dau Chamatt anda pendiente del peso de Javier Julio Bejarano como si fuera nutricionista de confianza. Hombre, Dau, si la inseguridad en Cartagena te hubiera preocupado tanto como la barriga del concejal, otra historia estaríamos contando. Y ojo al dato: la administración actual ha metido más plata en seguridad que lo que se vio en tus tiempos de "show y espectáculo".
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