03 Jul
03Jul

Por Lorenzo Gavilán


Dumek Turbay lleva más de 20 meses entre su elección y lo que lleva gobernando como alcalde de Cartagena, y desde ese momento los “adversariuchos” no han parado de pronosticar la tragedia para la ciudad.

Aquí te expondré a algunos de esos miembros de un grupo residual de opositores menores y me referiré a ellos en una breve descripción, solo para que vean lo ridículos que son. Pero antes te diré dos cosas: la primera es que evitarán responder, solo por el hecho de que harán creer que no leyeron estas líneas; la segunda, que dirán que todo está mal redactado, que no hay argumentación, que es un mal artículo y demás.

Ahora sí, entremos en materia. El caso de Dumek es tan curioso que ha expuesto las patologías psicológicas de algunos que hablan desde Nueva York, ya sea cuando William Dau viaja y habla desde allá, o cuando Álvaro González expone en sus redes las infundadas y rebuscadas “razones” para pedir que Dumek renuncie a la alcaldía. Lo que debemos dejar claro es que Dau y González no son el mismo tipo de personas, aunque lo cierto es que sí son dos enamorados de Dumek. Y no lo digo en tono romántico, sino en una obsesión visceral cargada de problemas mentales que reflejan un diario.

La obsesión es tal, que va desde cómo se viste Dumek —si usa un pantalón de tal color para ir a un evento— hasta referirse a su forma de publicar y comunicar en redes, todo justificado en el supuesto escrutinio al que debe ser objeto por ser funcionario.

¿Quién es Álvaro González?
Álvaro es un cartagenero ya entrado en años, con varios estudios, pero que entró en disputa con su familia desde que inició su proceso de posgrado. Fue diagnosticado por expertos en salud mental con trastorno narcisista de la personalidad, una patología que consiste en "un patrón persistente de grandiosidad (en fantasía o comportamiento), necesidad de admiración y falta de empatía hacia los demás. Las personas con este trastorno suelen tener una imagen inflada de sí mismas, creen que son especiales o únicas y esperan un trato preferencial, aunque muchas veces esta autoestima es frágil y depende de la validación externa". Como verán, cada uno de esos síntomas que padece Álvaro, a tal punto que se ha separado de su familia. No habla con sus hermanos porque, sencillamente, el menor de ellos fue denunciado por Álvaro González, lo que terminó de acabar con la unión familiar. Hoy día, su único contacto es con su mamá, porque su papá falleció.

Él ser asume superior y espera que lo traten así. Pero, lamentablemente, debemos ser condescendientes con él, porque es una persona enferma que merece que seamos empáticos.

Su enfermedad mental puede considerarse una discapacidad en casos graves, si el TNP limita significativamente el funcionamiento de la persona, pero no es automáticamente una discapacidad para todos los que tienen el diagnóstico. Dejo a criterio de ustedes si quieren tratarlo como una persona con discapacidad mental o no.

La grandilocuencia de Álvaro también se ve reflejada en sus amenazas semanales. Un día aparece con un trino que dice más o menos: “Dumek, prepárate”, “Si fuera ustedes, leería esto sentado”, “Se viene un escándalo”, y cosas así, con poco sentido, que cuando llega el día esperado no es más que lo mismo de siempre. Sus primeros días fueron hasta cautivadores, diría yo, pero perdí eso. Se volvió trillado, aburrido, soso, cansón, simple, común, simplemente poco atractivo.

El sueño de él es que Dumek lo llame y le pida consejos sobre drenajes pluviales, sobre si los edificios nuevos que se construyen en Cartagena deben tener una especie de alberca para retener el agua lluvia mientras llueve y luego soltarla en canales pluviales de forma controlada, para ver de qué forma el suelo puede absorber el agua, cómo prolongar zonas verdes, sobre la necesidad de un manual para el manejo de las escorrentías que apunte a la reducción de los caudales picos y el volumen de las escorrentías. Cosas como esas que realmente no conozco por no ser un ingeniero hidráulico como él. Lo concreto es que quiere ser él, y solo él, otra señal de su patología. Pero lo claro es que Dumek no lo buscará.

En su mente enferma —que espero de corazón se recupere— Álvaro piensa que Dumek pierde el sueño cuando él publica un trino, que se preocupa, que se estresa, que no puede descansar en paz. Pero nada de eso pasa. En serio están muy convencidos de la “desestabilización” que, según él y su amigo en Francia (o los otros dos loquillos que viven en Cartagena), creen que sucede. A veces su seguridad da entre miedo y risa, porque son como actores que se meten tanto en el papel que terminan causándose daño a ellos mismos.

A Álvaro solo le digo que tranquilo, que vaya a sus terapias, tome su medicación, que respire profundo y que no olvide que su familia lo quiere. Que guarde la paz en su corazón. Finalmente, Dumek se irá, seguirá con su vida, y él solo habrá perdido tiempo valioso para disfrutar a los pocos que aún lo quieren.

¿Quién es William Dau?
Solo merece dos líneas: claramente una persona adicta a las drogas, díscola, con el cerebro atrofiado, que buscará participar en una nueva elección y que solo se ha montado en el carro del show para atraer electores.

¿Quien es JJ?
JJ es un periodista, patriarca de una familia disfuncional, maltratador de su expareja, un padre ausente que abandonó a sus hijas y que solo publica cosas en contra cuando no le dan dinero. Todos los problemas que pueda haber con el señor JJ se pueden resolver con dinero. Este tipo tampoco merece muchos renglones.

¿Quién es Juan Yacamán?
En toda corte hay un bufón. Y en la de este grupo de opositores menores —o como decían en mi infancia, opositores de cartón—, este es el payaso. El pobre tipo no es experto en nada, no sabe de nada, no agrega nada. Es ni fu ni fa. Simplemente replica con otras palabras lo que ponen los demás. Se dedica a vender casas en la Florida, y en lo único que ha demostrado ser hábil es en moda femenina, porque no pierde oportunidad de describir la ropa que usa la primera dama para ver qué diseñador lo hizo. Quizás tenga ese tipo de inclinaciones femeninas. Salir del armario es su mejor opción.

Pero más que por ser el bufón, Yacaman es reconocido por el oscuro y tenebroso pasado de su familia. Su papá fue funcionario de la Alcaldía y, con el dinero que todos saben que lastimó, lo educó a él. En otras palabras, lo poco que sabe se lo financió la corrupción. Su hermana, por otro lado, Elba Yacaman, fue electora de Dumek: lo promocionaba en redes y hasta Juan votó por Dumek a la Gobernación.

Dumek finalmente los sacó porque querían robar y no se los permitieron.

En medio de la política hay otros opositores, pero la verdad es que si estos no merecen mucha relevancia, los demás aún menos. Aun así, me tomé el tiempo de hablar de ellos para que los conozcan. Los demás poco merecen atención.










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