31 Mar
31Mar

Por Juanita Barú


“La otra comentarista deportiva llevaba al mismo tiempo una empresa de eventos y comunicaciones con la que ha realizado espectáculos recreativos, culturales y musicales empleando a sus amigos y personas dueñas de entidades sin ánimo de lucro, lo que le ha permitido monopolizar muchos contratos y sentirse dueño de lo público y de lo ajeno.”

¡Qué descaro! El poder no solo corrompe, también vuelve ciego, sordo y torpe. Porque hay que ser muy torpe para exponerse solito, como lo ha hecho el “honorabilísimo” Daniel Aguirre, que ahora sale inflado de falsa virtud a señalar con dedo acusador lo que no le conviene. ¿Y por qué tanto alboroto? ¿Por qué tanto escándalo por una contratación? Les explico: porque le arrebataron el  negocio . Porque le quitaron “sus festivales”, esos que manejaba con contratistas de papel, testaferros disfrazados de gestores culturales, con los que se enriquecía a punta de estafas, cobros fantasmas y hasta auto atracos. Y ahora tiene el tupé de rasgarse las vestiduras en nombre de una supuesta justicia. ¡Qué show tan patético! Lo que el señor Aguirre no dice —pero todo Cartagena murmura— es que su cruzada no es por el bien común, sino por puro despecho. 

Porque cuando te quitan la teta, duele. Y ese dolor se le nota en cada palabra disfrazada de indignación. Pero aquí no nos tragamos ese cuento, porque ya lo tenemos pillado: falsificación de documentos, cuentas de cobro inventadas, transferencias sospechosas, tráfico de influencias y un prontuario de delitos que haría sonrojar a más de un pillo. Estamos hablando de un político marcado por una codicia enfermiza, cuya ambición de poder y protagonismo lo ha llevado a cruzar todos los límites. 

Narcisista, sin escrúpulos, sin principios. Un personaje que se cree superior y moralmente autorizado para juzgar, cuando en realidad es solo un farsante más, atrapado en su propia trampa. Como diría mi abuela, “manda hígado” ver a este Barrabás repartiendo hostias, creyéndose redentor cuando lo que necesita es confesión… y cárcel.Esto apenas empieza. Vienen fotos, vienen vídeos, vienen pruebas.  Noticia en desarrollo.

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