Por Arturo Bucheli
El pasado 31 de julio de 2025, la ciudad de Cartagena de Indias amaneció con muchas felicitaciones. La noche anterior el periódico local El Universal, después de una ardua y exhaustiva labor, logró determinar y condecorar a los 10 personajes excelentes de la ciudad. Aquellos que, en medio de la gran felicidad, afirmaron: están sacando la ciudad adelante.
Nos extrañó, eso sí, que en ningún momento se mencionaran esos grandes planes, los grandes proyectos, las multimillonarias inversiones y las efectivas estrategias, que estos 10 excelentes están realizando o han realizado a lo largo de su vida, para hacer algo por la ciudad, como no sea comentar y opinar en clubes, en mesas, foros, webinars y todo tipo de conversatorios, sobre cómo, con la boca y el dedo se pueden hacer rosas y macaneos.
No vamos a negar que entre los condecorados estaban los mismos de siempre que ya han sido condecorados infinidad de veces y que hay que aceptar, en gracia de discusión, que han formado empresas familiares, privadas y algunas de gran magnitud, pero son sus empresas, las de su grupo o su familia. Empresas que con la tercera generación han ido desapareciendo y que hoy, languidecen detrás de sus apellidos ostentosos y sus deudas cuantiosas. En su época dorada, de pronto aportaron algunos puestos de trabajo y una que otra contribución social, pero hay una gran distancia con la afirmación grandilocuente de estar sacando la ciudad adelante.
También vimos entre el grupo de superhéroes, al menos a 5 o 6 solemnes desconocidos o, si acaso, conocidos por su círculo o rosca de amistades o socios, con empresas o emprendimientos como los llaman ahora, recién aparecidas, sin trayectoria, sin historia y mucho menos, sin nada que mostrar hacia nuestra ciudad, como para que se diga, a boca llena, que están sacando adelante el desarrollo de la ciudad. Por favor, prudencia, ponderación y respeto.
Hace unos años, los empresarios de Mamonal retiraron los avisos del frente de sus empresas, para no pagar impuesto de Avisos y Tableros. Estos mismos empresarios se negaron a participar en la construcción conjunta de una tubería suficientemente grande para suministrar agua a la ciudad y las industrias, mirando hacia el futuro. Con frecuencia los alcaldes se quejan de empresas y contratistas que trabajan en la ciudad y tributan en el altiplano. Algunos de estos condecorados permanentes, hasta se han arrogado el derecho de crear organizaciones y fundaciones para la vigilancia y el cuestionamiento de la administración bajo el infame paradigma de “todo lo público está mal hecho y es corrupto”.
No nos dejemos engañar, a la ciudad la están sacando adelante: un gran programa de gobierno, consensuado, y respaldado por la población, un buen plan de desarrollo con estrategias y metas encaminadas a poner fin a la pobreza, el retraso, el desgobierno y falta de unión. A la ciudad la están sacando del retraso un gran equipo y las estrategias financieras y el aporte ciudadano, para disponer de los recursos necesarios para sacar adelante el plan.
Tienen todo el derecho a condecorarse los unos a los otros, como lo han hecho desde la fundación de la ciudad. Lo que no tienen es derecho a engañar a la ciudadanía, quienes se supone tienen la obligación de informar la verdad y solo la verdad.